A 13 años del atentado contra Salvador Cabañas

/ 2023-01-25 15:29:29 PM / VISITAS: 429

El 25 de enero de 2010 el entonces delantero del América de México, el paraguayo Salvador Cabañas, se encontraba en el Bar-Bar, centro nocturno en el que recibió un balazo en la cabeza y que puso fin a su carrera deportiva.

Rondando las seis de la mañana de ese día, Salvador coincidió en los sanitarios con el mafioso José Jorge Balderas Garza, donde aparentemente hubo un cruce de palabras de no más de tres minutos. Balderas Garza, respaldado por el arma que portaba, no encontró mejor solución que disparar a la cabeza del paraguayo.

La noticia impactó al mundo entero. Las primeras horas fueron trágicas pues se hablaba de la muerte del delantero, quien sin embargo tenía aún signos vitales al ser socorrido.

Aquello menguó en algo el pánico, pero se vendrían momentos de mucha angustia porque el desenlace era toda una incertidumbre. No obstante, quitando fortaleza de algún lugar, Salvador Cabañas fue recuperándose de a poco hasta salir del coma.

Salvó su vida, pero las consecuencias serían nefastas. Tuvo que dejar el fútbol de forma obligada, perdió gran parte de su fortuna, volvió a cero amasando harina en la panadería de sus padres, y se divorció de su mujer -con quien mantuvo un litigio por supuestamente apoderarse ella de manera ilícita de sus bienes-.

Tampoco volvió a ser el mismo. El cerebro quedó notoriamente dañado y no tuvo más la lucidez de antes del atentado.

Lo que sí resistió al mortal balazo fue su impecable foja profesional. La poderosa arma de Balderas Garza no pudo aniquilar lo que Salvador a fuerza de trabajo conquistó.

Balderas Garza, originario de Mazatlán, Sinaloa, al momento de la agresión sobre Cabañas tenía 35 años y un puesto en la jerarquía del hampa mexicano. También era conocido como “El Modelo”, “El Batman” y “El Jey Jey”. Fue detenido en 2011 y en 2019 lo sentenciaron a 20 años de prisión por sus conexiones con el crimen organizado.

Salvador Cabañas no volvió a jugar al fútbol y hoy día ejerce varias actividades para mantenerse a flote económicamente. Mataron su carrera, pero multiplicaron el afecto del pueblo, lo que lo hizo ídolo por siempre.